Entrecerros indaga en la relación que existe entre la vocación y el desarraigo a través de dos historias de personas oriundas de la comunidad Diaguita Calchaquí de Amaicha del Valle, Tucumán, Argentina.
Mirta vive junto a su madre, su hermana y su sobrina en una casa situada en la cima de un cerro. Los exigentes trabajos rurales que realiza y el cuidado en la salud de su madre se contraponen con su deseo de ser monja. Rubén se encuentra próximo a recibirse de profesor de educación primaria. La intención de ejercer su profesión dentro de la comunidad se verá afectada por las reglas del sistema educativo.