Julián vuelve a su ciudad natal al norte de la Patagonia, para cuidar a Antonio, su padre moribundo. Su llegada genera resentimientos, tanto familiares como sociales. Se enfrenta a Olmos y su primo Rissi, antiguos empleados de su padre. Olmos vivía en la chacra hasta que llega la pareja y tiene que irse a dormir a lo de su primo. Temen que la muerte de Antonio los haga perder todo. La lucha entre ellos se vuelve tan intensa como para dejar de lado lo que más les importa.